lunes, 17 de diciembre de 2007
Germán Santana Guerra
Escribir Germán ,de su llegada a Concepción el año 1949, de sus comienzos en la Companía de Gas de Concepción, de su interés por la radio y el periodismo,es tratar de resumir en una página los útimos 58 años de su vida .
Jugador de futbol, mas precisamente arquero, Germán perteneció a la « cuarta especial del Santiago Morning » gracias a su estatura,un metro y 83 centimetros, su agilidad felina,pero aún más su deseo de atrapar el balón, ese deseo de sobrepasarse , ese deseo de competir, hicieron de Germán un muy buen arquero, y al mismo tiempo un adversario de talla para los delanteros del equipo rival.
Desde su llegada a Concepción ,el jugó por el Lord Cochrane y paralelamente comenzó su carrera en la Cía de Gas.
Su gran habilidad manual, la fragua, la soldadura y los fierros no tenían secretos, puesto que habia aprendido de mi abuelo Alberto.
Me recuerdo haber visto obras en fierro forjado, recuerdo haber visto a mi padre atajar tiros penales, siempre decía que la situación de ejecutar un penal era la hora de la verdad entre el delantero y el arquero. Momento de verdad en que la condición fisica era importante pero aún más la voluntad y la fuerza mental.
¿El arquero debe anticipar a qué lado? ¿A ras del suelo o arriba ? Esa era la lógica como arquero, y fui testigo, con mucho orgullo, que funcionaba.
Fue esa pasión por el fútbol que lo empujó a una segunda carrera, Su ingreso a la radio Simón Bolívar comienza una tarde de invierno penquista, Yolanda, mi madre escuchó gracias a una radio « galena » que la radio busca nuevos locutores deportivos.
Con la confianza que lo caracterizó como arquero al frente de un delantero, Germán se presenta a la « Bolívar » allí conoce a Silvino Pulgar padre, también a su hijo ,ambos locutores y excelentes profesores. Es bajo la supervisión de Antonio Jaén Buendía propietario de la emisora, que comienza su pasión de la radio y el periodismo.
El término es muy apropiado, pasión, porque como muchos de ustedes lo conocieron Germán Santana Guerra fue siempre un hombre apasionado, tal vez a causa de su segundo apellido. Perfeccionista, no descansaba hasta lograr su objetivo. El decía que no hay triunfo sin esfuerzo. Les diré que como padre fue exigente pero justo.
Los domingos me llevaba a la cancha y desde la casetas de trasmisión fui testigo del trabajo conjunto ´de Germán y sus colegas:Juan Troncoso, Mario Chandía, Roberto Caqueo, « El maestro »Jaime Olivares, Enrique y Hernán Osses, Jaime Smith , Carlos Munoz y muchos otros que cada domingo llevaban el fútbol a miles de aficionados.
Germán como locutor deportivo se imponía la obligación de describir el partido de la manera más neutra posible ,exponiendo de preferencia los gestos deportivos y las buenas jugadas. Siempre me decía que como locutor, al momento de gritar un gol, era su obligación de hacerlo como si fuera un gol de su equipo favorito. Aprovecho de señalarles que nunca supe cuál era su equipo preferido y hasta hoy dudo si su calidad de profesional le impidió tener uno.
Si bien su pasión fue el fútbol, eso no le impidio describir otras disciplinas. Box, básquetbol, remo, hockey en patines etc. Escribió para el diario « La Patria », y colaboró con otras emisoras, pero su corazón fue siempre fiel a su radio , Simón Bolivar.
Tal vez los penquistas de cierta edad se acordarán de Orlando Santana, hermano de mi padre. Orlando era cantante melodico y locutor de carreras de autos, en fin el microfóno fue la pasión de esos hermanos.
Germán vino a Canadá en dos ocasiones : En su primer viaje volvió a ver a su primera nieta Marie Fernanda y vio por primera vez a su nieto Erick Bernard. Hoy Marie está casada y vive en Michigan State. Erick Bernard es padre de Cedrick y Alexa. Desgraciadamente mi padre escuchó sus voces por telefóno pero no tuvo la suerte de ver a esos dos Santana que comprenden bien nuestra lengua pero se educan en francés.
De sus viajes a Canadá, mi padre se llevó grandes recuerdos : El estadio Olímpico de Montreal; el majestuoso rio San Lorenzo;, las impresionantes cataratas del Niágara; el oratorio de Montreal; el estadio del parque Jarry donde se juega el torneo internacional de tenis de Canadá; Ottawa la capital del país, en fin. Germán fue un admirador de Montreal de su cultura y de su actividad económica.
En los ultimos diez años gracias a los avances de la tecnologia, nos comunicábamos por Internet y nos hablabamos dos veces por semana. Con Germán hablabamos de todo, tanto de Chile como de Canadá y hasta de Estados Unidos teniendo en cuenta que Maria Fernanda vive allá hace mas de siete años. Mi padre seguia laa actualidad internacional pero aún más se interesaba cada vez que equipos de Sudamérica venían por aquí. Especial seguia los partidos de los tenistas chilenos.
Espero, señor Olea, que estos recuerdos muy personales le ayuden y permitan al mismo tiempo de mostrar a los penquistas el lado humano y familiar de mi padre.
Erick Santana, Montreal.
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